Bloqueo paravertebral torácico por pérdida de resistencia

Última actualización el 03/04/2018

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Introducción

Una  de las  POSIBILIDADES DE BLOQUEO PARAVERTEBRAL TORÁCICO   es el bloqueo paravertebral torácico por pérdida  de  resistencia. En  este  caso  se  utiliza   una  aguja  de Tuhoy  montada sobre una jeringa de  10 ml  que  contiene suero fisiológico   y  se  avanza  ejerciendo una  fuerza considerable sobre el émbolo  de manera parecida  a  como se realiza el   bloqueo  epidural  

Figura 1. Abordaje  del  espacio paravertebral torácico  mediante  técnica de pérdida  de resistencia .   El primer paso es  realizar una punción  en un punto  2,5 cm. lateral a la línea que une las apófisis espinosas de las  vértebras torácicas  mediante una  aguja  de Tuhoy  montada sobre una jeringa de 10 ml  que  contiene suero fisiológico.  Una  vez hecha  se busca la apófisis transversa de la  vértebra torácica  avanzando perpendicularmente al plano cutáneo hasta contactar con el hueso  de la  apófisis transversa   -  suele  estar 3 a 6 cm  respecto a la  piel-  .   A continuación  se redirige  la  aguja para cabalgar sobre  dicha  apófisis transversa  por  encima o por  debajo  y  se  avanza utilizando la técnica de  pérdida  de resistencia  . Ésta  se consigue  cuando se  atraviesa el ligamento costotransverso  y entra en contacto con el espacio paravertebral torácico   . El objetivo suele estar 1 cm más allá de la apófisis transversa.  Una  vez localizado este espacio  , aspiraremos  a través  de la aguja para asegurarnos que no hemos llegado  a pulmón  o pleura,  estamos  en un vaso sanguíneo o  hemos puncionado  el manguito dural   .   donde se inyectarán 5ml de anestésico local por dermatoma a bloquear. 

Para evitar complicaciones con la punción se recomienda no dirigir la aguja hacia medial para evitar acercarse al neuroeje y minimizar las consecuencias de una inyección anestésica a este nivel, ya sea peridural o intratecal  . También se recomienda que idealmente el cabalgamiento sea inferior, sobre todo en punciones bajo T7, dado que al haber mayor proximidad de la pleura parietal a este nivel, con este ángulo disminuiría la posibilidad de punción de esta estructura 

La distancia piel-apófisis transversa puede ser el doble a nivel de T1-2 o lumbar que a nivel torácico medio

Para   verificar  la  correcta colocación  de la aguja   se ha descrito la utilización del  estimulador nervioso sobre todo cuando  puede haber dificultades técnicas ( obesidadf o anatomía torácica alterada ) -  la respuesta motora que se objetiva, según el nivel de la punción, en una contracción del músculo intercostal correspondiente o de los músculos de la pared abdominal (músculo transverso abdominal  o músculo oblicuo mayor del abdomen)-  , así como  el control  radiológico    tras inyección  de contraste radioopaco

Anatomía

Posición y Preparación del Paciente

  • El  BLOQUEO PARAVERTEBRAL TORÁCICO se puede realizar  en  posición sentada o en decúbito (lateral o prono). La ventaja de la primera es la mejor identificación de las referencias anatómicas  ; las ventajas de la segunda son: la comodidad del paciente, la mejor estabilidad hemodinámica o precaución frente a respuestas vagales y la posibilidad de realizar el procedimiento con el paciente en diversos niveles de sedación, e incluso con anestesia general

Figura  1.-Posición en decúbito lateral para realización del bloqueo paravertebral torácico

  • Previo  al  bloqueo    hay  que   :  1) Comprobar la identidad el paciente ; 2)  Verificar la existencia de posibles alergias a los materiales y productos a utilizar. 3) Considerar las limitaciones físicas y psíquicas del paciente, valorando su grado de colaboración.  4) Asegurar una vía intravenosa. 

Material

Equipamiento
  • Debido a que las raíces del nervio están cubiertas con duramadre, las agujas finas o afiladas no deben ser usadas para el bloqueo paravertebral torácico o cualquier otro bloqueo paravertebral. Incluso la aguja bisel B calibre 22 no es apropiada debido al peligro de penetración dural (o pleural) e inyección subaracnoidea de grandes volúmenes. Como principio general, las agujas Tuohy de agujero grande (calibre 16 a 18) son la mejor elección. Debido a su diseño, estas agujas son menos propensas a penetrar la duramadre o la pleura
Fármacos
  • Ver  más  adelante  en  el apartado de sustancias  a  administrar 

Descripción del Procedimiento

Perlas Clínicas
  • La  identificación de  las apófisis espinosas de  la  vértebra torácica  permite identificar la línea media. En adultos, el sitio de punción se encuentra a 2,5 cm de la línea media, en relación con la apófisis transversa de la misma vértebra (más frecuente en vértebras torácicas superiores e inferiores) o la vértebra inmediatamente inferior (columna torácica media)
  • A nivel torácico la apófisis espinosa palpada está al mismo nivel que la apófisis transversa de la vértebra inferior.
  • En el  caso de  colocar un catéter en el  espacio paravertebral torácico   se aconseja inyectar un volumen suficiente (15-20 ml) de suero fisiológico o de anestésico local antes de intentar colocar el catéter
Realización técnica propiamente dicha
Punción
  • La técnica clásica  describe la inserción de la aguja perpendicular a la piel  en un punto  2,5 cm. lateral a la línea que une las apófisis espinosas de las  vértebras torácicas  mediante una  aguja  de Tuhoy  montada sobre una jeringa de 10 ml  que  contiene suero fisiológico. y avanzar hasta obtener contacto con la apófisis transversa  la  vértebra torácica. La profundidad es variable  y  dependerá de la complexión y edad del paciente.
  • Una vez identificada dicha estructura, se recomienda retirar la  aguja , dar una angulación de 10-15° y cabalgar por el borde superior o inferior de ésta, avanzando no más de 2 cm, aunque para la mayoría con 1 cm bastaría, dado que independiente de la complexión del paciente , las variaciones en la distancia desde la apófisis al espacio paravertebral son mínimas . En este punto se atraviesa el ligamento costovertebral, lo que puede o no dar la sensación de un ?pop? y si se utiliza una jeringa de baja resistencia, se podría objetivar la pérdida de esta. Sin embargo, ambas sensaciones por ser de alta subjetividad, no debieran superar la premisa de solo avanzar lo previamente recomendado y así minimizar el riesgo de complicaciones

Figura 1.- Bloqueo paravertebral torácico  mediante   técnica de pérdida  de resistencia   : Para  localizar  el  espacio paravertebral torácico    puede utilizarse la técnica  de pérdida  de resistencia conectando  a la aguja   una   jeringa con  SF: la pérdida  de resistencia  se produce cuando  la aguja  atraviesa el ligamento  costo transverso  superior  y  entra  en contacto  con  el espacio paravertebral . También se ha descrito la utilización del  estimulador nervioso ( Lang ) para mejorar el porcentaje de bloqueos exitosos , sobre todo cuando  puede haber dificultades técnicas ( obesidadf o anatomía torácica alterada )

 

 

  • Para evitar complicaciones con la punción se recomienda no dirigir la aguja hacia medial para evitar acercarse al neuroeje y minimizar las consecuencias de una inyección anestésica a este nivel, ya sea peridural o intratecal  . También se recomienda que idealmente el cabalgamiento sea inferior, sobre todo en punciones bajo T7, dado que al haber mayor proximidad de la pleura parietal a este nivel, con este ángulo disminuiría la posibilidad de punción de esta estructura 
  • La distancia piel-apófisis transversa puede ser el doble a nivel de T1-2 o lumbar que a nivel torácico medio
  • ¿  Se  realiza una única punción   o  múltiples punciones  ?
    • Para conseguir un adecuado bloqueo se plantea qué estrategia es la más adecuada, si realizar una punción única depositando en un solo espacio paravertebral torácico   la totalidad de la solución  a  administrar, o bien distribuirla por punción múltiple en todos los espacios que deseamos bloquear. Esta   cuestión  se  debe  a   que  la distri­bución de las soluciones  tras punción única no sigue siempre idénticos patrones: lo ideal sería una propa­gación caudal-cefálica pero en ocasiones se propaga en forma de ?nube? alcanzando solo unos pocos dermatomas. En un estudio Naja el al. afirman que con una inyección única, si el AL es depositado en la parte más ventral del EPV, es decir anterior a la fascia endotorácica la propa­gación sigue un trayecto mas longitudinal con mayor numero de segmentos bloqueados ,si la inyección es dorsal a la fascia el resultado es menos predecible con menor números de derma­tomas afectados por el anestésico 1también puede propagarse lateralmente a través del es­pacio intercostal, o medialmente hasta el espacio epidural provocando una anestesia epidural
    • Al elegir la punción múltiple se fracciona la dosis de anestésico local ( AL ) .  Con ello se minimizan las complicaciones que pueden ocurrir con la inyección única, como podría ser una inyección intratecal masiva de AL por punción accidental de la dura, a su vez se reducen las posibilidades de propagación epidural que son mayores con volúmenes altos, la inyección accidental intravascular de un gran volumen de A L se evitaría con el fraccionamiento del AL., así como una propagación insuficiente.
    • En la  actualidad    se  considera  que   con  la multipunción se consigue un bloqueo más preciso de los dermatomas que se desean anestesiar y una menor incidencia de complica­ciones potencialmente graves23.  No  obstante ,  aunque la punción multinivel daría un mejor bloqueo, se reporta que la duración analgésica de este bloqueo sería en promedio de 10 horas, comparado con la inyección única que puede alcanzar hasta 18 horas 4 . Por lo tanto, cuando lo que se busca es analgesia postoperatoria sin una infusión continua, la inyección en un nivel sería lo más adecuado, debiéndose determinar a qué altura tendría mayor rendimiento.

 

  • Cateterización  del espacio paravertebral torácico 
    • Cuando se requiere prolongar la analgesia por más de 24 horas, lo más adecuado es colocar un catéter que permita administrar una infusión continua 56 uno o dos niveles bajo la lesión y cuando el objetivo del bloqueo y analgesia es más amplio una inserción a nivel intermedio
    • En lo técnico, una vez alcanzado el espacio paravertebral con la aguja de Tuhoy , se  crea un bolsillo con unos 15-20 ml de solución salina o, en caso de utilizar neuroestimulación, dextrosa 5%. Luego se avanza el catéter idealmente con el bisel de la aguja orientado hacia craneal, y principalmente evitando la dirección medial, teóricamente para evitar la introducción peridural de este, aun cuando la efectividad de esta maniobra todavía no se ha podido demostrar. Se recomienda avanzar unos 5 cm, distal a la punta de la aguja y en este punto realizar una prueba con unos 6-8 ml de anestésico local y sólo una vez corroborado el efecto deseado, evidenciando el bloqueo autonómico o sensitivo, se podrá completar la dosis total y fijar el catéter.
Verificación de la correcta posición de la aguja
  • Una  vez localizado el   espacio paravertebral torácico   , aspiraremos  a través  de la aguja para asegurarnos que no hemos llegado  a pulmón  o pleura,  estamos  en un vaso sanguíneo o  hemos puncionado  el manguito dural .
    • Situaciones :
  1. contacto óseo  es probable  que se trate  del cuerpo vertebral
  2. parestesias : se sabrá  que estamos en el espacio  paravertebral
  • Para   verificar  la  correcta colocación  de la aguja   se ha descrito la utilización del  estimulador nervioso sobre todo cuando  puede haber dificultades técnicas ( obesidad o anatomía torácica alterada ) -  la respuesta motora que se objetiva, según el nivel de la punción, en una contracción del músculo intercostal correspondiente o de los músculos de la pared abdominal (músculo transverso abdominal  o músculo oblicuo mayor del abdomen)-  .
    • Se utiliza  una corriente de 2,5 mA hasta encontrar respuesta, luego disminuirla hasta mantener contracción muscular con 0,5 mA y entonces proceder con la inyección.

    • La neuroestimulación se enfrenta al riesgo que por perseguir una respuesta muscular se pierda la premisa de mantener un margen de seguridad en la profundidad de la punción. Por lo tanto, aún falta más análisis y series de mayor tamaño que muestren un real beneficio del uso de esta técnica antes de que sea un estándar como en otras técnicas regionales.

  • En condiciones ideales  , el bloqueo  paravertebral torácico se  debe de efectuar bajo  control  radiológico  por el riesgo  de inyección intratecal o  epidural , como consecuencia de la entrada  de la  aguja en el conducto  vertebral  a través del los orificios intervertebrales o por la extensión del manguito  de duramadre  fuera  del  conducto hasta el espacio paravertebral . Tras obtener la posición ideal , se inyecta una pequeña cantidad de colorante radioopaco para confirmar la posición

Figura 1.  Radiografía de tórax con extensión de  contraste  tras realización de bloqueo paravertebral torácico

Sustancias a administrar o Protocolo a Utilizar

Cuidados Posteriores

  • Vigilar la aparición de cefalea, parestesias, retención urinaria, migración del catéter, etc. 
  • Realizar valoración neurológica (movilidad, sensibilidad y dolor de espalda) durante  el mantenimiento  del  catéter  hasta   las ocho horas siguientes a la retirada del catéter
  • Mantener una vía venosa, al menos, 24 horas tras la retirada del catéter.

Indicaciones

Contraindicaciones

Complicaciones

Anexo

Actitud  frente antiagregación - anticoagulación  

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Consentimiento informado 

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Referencias bibliográficas del artículo

  1. Varying anatomical injection points within the thoracic paravertebral space: effect on spread of solution and nerve blockade , por Naja MZ, Ziade MF, El Rajab M, El Tayara K, Lönnqvist PA. en Anaesthesia. Vol. May;59(5) , en las páginas 459-63. , año 2004
  2. [Thoracic paravertebral block compared to thoracic paravertebral block plus pectoral nerve block in reconstructive breast surgery]. , por Sopena-Zubiria LA, Fernández-Meré LA, Valdés Arias C, Muñoz González F, Sánchez Asheras J, Ibáñez Ernández C. en Rev Esp Anestesiol Reanim.. Vol. Jan;59(1) , en las páginas 12-7 , año 2012
  3. Thoracic paravertebral block: influence of the number of injections. , por Naja ZM, El-Rajab M, Al-Tannir MA, Ziade FM, Tayara K, Younes F, Lönnqvist PA. en Reg Anesth Pain Med. Vol. May-Jun;31(3) , en las páginas 196-201 , año 2006.
  4. Single-injection thoracic paravertebral block for postoperative pain treatment after thoracoscopic surgery. , por Vogt A, Stieger DS, Theurillat C, Curatolo M. en Send to Br J Anaesth. Vol. Dec;95(6) , en las páginas 816-21 , año 2005
  5. Thoracic paravertebral block for breast cancer surgery: a randomized double-blind study. , por Moller JF, Nikolajsen L, Rodt SA, Ronning H, Carlsson PS en Anesth Analg. Vol. Dec;105(6) , en las páginas 1848-51 , año 2007
  6. Continuous thoracic paravertebral blockade: A case report and review of technique , por Grant L. Hounsell en Arthroscopy Vol. 9, Issue 2, , en las páginas 77–82 , año 2007

Última actualización el 03/04/2018

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