Introducción
La osteoartrosis (OA) o artrosis es un grupo heterogéneo de patologías que afecta a las articulaciones con manifestaciones clínicas similares - como dolores que afectan al aparto musculoesqulético - y cambios patológicos y radiológicos comunes. Estas patologías son el resultado de factores mecánicos y biológicos que desestabilizan el acoplamiento normal entre la degradación y la síntesis por los condrocitos de la matriz extracelular del cartílago articular y del hueso subcondral.
La literatura anglosajona la nombra como osteoartritis, teniendo en cuenta su componente inflamación articular.
No son lo mismo que las artritis
En esta patología existe un daño progresivo tanto en el cartílago, en el hueso y en los tejidos blandos circundantes a la articulación. Cuando avanza la enfermedad, se llega a la pérdida total del cartílago.
Definición
La osteoartrosis (OA), también conocida como osteoartritis, artrosis o artropatía degenerativa, es la enfermedad articular más común a nivel mundial. Se calcula que puede afectar al 10% de los hombres y al 18% de las mujeres mayores de 60 años . Más específicamente es un desorden mecánico y dinámico multifactorial de la articulación, inducido por mediadores enzimáticos, que comprende diferentes fases y fenotipos, dando como resultado la pérdida del cartílago articular, esclerosis del hueso subcondral, formación de osteofitos y quistes subcondrales, que puede afectar a uno o más de los tres compartimentos articulares y en donde el dolor es la característica clínica más importante, asociándose frecuentemente a un trastorno de sensibilización central y periférica1
Los criterios clínicos de la artrosis propuestos por el Colegio Americano de Reumatología son los que se exponen en la tabla 1
Tabla 1. Criterios diagnósticos de la artrosis . VSG: velocidad de sedimentación globular; OA: osteoartrosis; MCF: metacarpofalángicas: IFD: interfalángica distal. *10 áreas articulares: segunda y tercera interfalángica proximal; segunda y tercera interfalángica distal y primera carpometacarpiana de ambas manos.
La artrosis se clasifica según:
I.-La existencia de antecedentes o factores causales (primaria o secundaria)
Tabla 2 . Clasificación de la artrosis
II.-La articulación afecta y su localización dentro de la articulación (de cadera y polar superior, de rodilla y patelofemoral o generalizada)
III.-La clínica o la radiografía (inflamatoria o erosiva).
- La mayoría de los estudios utilizan la escala de WOMAC (Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index). Se trata de un índice para evaluar actividad subjetiva de la enfermedad en pacientes diagnosticados de artrosis. Contiene 24 ítems agrupados en tres escalas: dolor (0-20), rigidez (0-8), capacidad funcional (0-68). Cada ítem se contesta con una escala tipo verbal de cinco niveles que se codifican: ninguno = 0; poco = 1; bastante = 2; mucho = 3; muchísimo = 4. El rango de respuesta varía entre 0 y 982
- Para la evaluación de pruebas de imagen se utiliza la clasificación radiológica de Kellgren y Lawrence, que va desde el grado 0 donde no existen signos de artrosis hasta el IV donde la afectación es grave
Tabla 3. Clasificación radiológica de la osteoartitis (Kellgren y Lawrence) 3
IV.-La importancia de los osteofitos y los cambios subcondrales (hipertrófica o atrófica)
La artrosis puede afectar a diversas articulaciones . De entre ellas las articulaciones más afectadas son las manos, las rodillas y las caderas.
1.-Artrosis de cadera
- Ocurre por igual en hombres que en mujeres, y frecuentemente es de localización única.
- El síntoma principal es el dolor mecánico que se localiza en la ingle y se irradia a la cara anterior del muslo hasta la rodilla. En ocasiones, se presenta el dolor de localización posterior en glúteo y cara posterior o interna del muslo.
- El dolor puede ser intenso y crear gran limitación funcional (limitación para atarse los zapatos, ponerse las medias o los calcetines). La rigidez es habitual tras los períodos de reposo.
- A la exploración existe una disminución importante de la movilidad pasiva, especialmente en la flexión y abducción.
- Puede observarse atrofia del cuádriceps y glúteos. En fases avanzadas, la pelvis bascula hacia el lado sano cuando el paciente se apoya en el lado enfermo, y puede observarse hiperordosis compensadora.
- La evolución puede ser variable, existiendo casos estables muchos años, mientras que otros requerirán rápidamente cirugía
2.- Artrosis de rodillas
- Suele ser más frecuente en mujeres y se asocia a obesidad.
- El síntoma principal es el dolor mecánico, con rigidez, crepitación e impotencia funcional, tanto más severa cuanto más avanzada está la enfermedad.
- Según donde se localice la afectación, el dolor será global, en los lados o en zona posterior si se centra en el compartimento femorotibial, y si se centra en la zona femoropatelar el dolor se producirá al bajar o subir escaleras, arrodillarse..
- A veces pueden existir bloqueos por la presencia de algún cuerpo libre intraarticular.
- En la exploración existe dolor y limitación en la flexión, desplazamiento rotuliano y tumefacción articular.
- Conviene constatar la presencia de varo o valgo.
- Un signo constante en fases avanzadas es la atrofia del cuádriceps y una actitud en flexión más o menos importante
Epidemiología
Se ha estimado que 1/3 de los individuos mayores de 35 años presentan algún signo de artrosis, con una prevalencia que aumenta con la edad. En la población general española la prevalencia de la artrosis en cualquier articulación es del 24%. La artrosis de manos y rodillas es más común en mujeres, mientras que la prevalencia de la artrosis de cadera es similar en ambos sexos. En España la prevalencia de la artrosis de manos en las mujeres es del 9,3% y en los hombres del 2,4%. En los mayores de 50 años, estas cifras ascienden al 20% en las mujeres y al 6% en los hombres. Las mujeres de edades entre 70 y 89 años desarrollan artrosis de rodilla sintomática aproximadamente un 1% por año
Factores de riesgo 4
- Dependiendo de la articulación afectada, los factores son distintos, y se puede diferenciar entre una susceptibilidad generalizada, como la edad, osteoporosis, herencia, sexo y obesidad, y los factores locales de la articulación, como traumatismos, alteraciones anatómicas de la articulación y la ocupación laboral que tuviera el paciente
1.-Edad : Se ha encontrado un marcado incremento en la frecuencia de artrosis grave en la edad avanzada. La correlación no es lineal, y el incremento es exponencial a partir de los 50 años. El mecanismo que provoca la asociación entre el envejecimiento y la artrosis es poco conocido. Entre los posibles factores, se incluyen pequeños cambios anatómicos de las articulaciones y alteraciones biomecánicas o bioquímicas en el cartílago articular que comprometen las propiedades mecánicas del cartílago
2.-Osteoporosis : Se ha observado que los pacientes con mayor densidad mineral ósea tienen un riesgo más elevado de padecer artrosis. Por ello, se ha postulado que una masa ósea reducida puede incrementar la capacidad ósea de absorción de las vibraciones del hueso yuxtaarticular y proteger así al cartílago articular
3.-Genética : Hay influencia genética, principalmente en la artrosis de pequeñas articulaciones. Aparentemente, también existe un gen autosómico en relación con el sexo y de prevalencia en mujeres.
4.-Sexo La incidencia es mayor en la población femenina, sino que también es más intensa y afecta a más articulaciones. El patrón topográfico muestra diferencias, ya que en hombres es más frecuente la afectación de las metacarpofalángicas y la cadera, y en mujeres, las interfalángicas distales y las rodillas.
5.-Obesidad . Son numerosos los estudios que defienden la relación entre obesidad y artrosis de rodilla. Sin embargo se conocen todavía los mecanismos por los que la obesidad podría favorecer la aparición de artrosis. Existen al menos tres teorías: la hipótesis más aceptada es que el sobrepeso aumenta la presión realizada sobre una articulación, y esto puede inducir la rotura del cartílago, pero esta teoría no explicaría la probable relación entre obesidad y OA de manos
6.-Ocupación y actividad Se ha demostrado, asimismo, la asociación de la artrosis de rodilla con el trabajo que exige prolongadas y repetidas flexiones de esta articulación
7.-Factores nutricionales Existen pruebas de que los condrocitos producen diversos radicales de oxígeno y que el deterioro oxidativo puede ser relevante. Por este motivo se postula que moléculas antioxidantes, como las vitaminas C, E y D, son beneficiosas en la artrosis
Etiopatogenia
La OA es el resultado de la pérdida de la función articular como consecuencia de la rotura del cartílago articular. Aunque la degradación del cartílago articular es el evento central en la patogénesis de la artrosis, otros tejidos, como el sinovial o el hueso subcondral, participan en el inicio y desarrollo de esta patología. El resultado final es una destrucción acelerada de la matriz por enzimas procedentes de los condrocitos y de las células sinoviales, seguida por alteraciones en los sistemas de reparación del cartílago . En la patogenia participan los siguientes factores:
I.-Factores mecánicos Las articulaciones que soportan carga están sometidas a presiones repetidas y localizadas. Aunque una de las funciones de los tejidos periarticulares y del hueso subcondral es la de disipar la energía en las articulaciones de carga, algunas fuerzas mecánicas son transmitidas al cartílago.
II.-Mecanismos enzimáticos Los grupos de enzimas que desarrollan una función esencial en la OA son las metaloproteasas y las serinoproteasas.
III.-El tejido sinovial Se ha demostrado la inflamación del tejido sinovial en la artrosis y su participación en la destrucción del cartílago articular y en la cronificación de esta patología articular
En esta patología los mecanismos para el inicio y la progresión no se conocen bien. Hay consenso en que la OA es una enfermedad no sólo del cartílago, sino también de la articulación en su conjunto, vista como un órgano complejo interfuncional en el que el hueso subcondral tiene un papel clave en el origen y la progresión de la enfermedad. En este sentido, se ha demostrado que existe una relación directa entre el hueso subcondral y el cartílago, por donde podrían pasar citoquinas proinflamatorias y factores de crecimiento liberados durante el proceso de remodelación ósea inducida por traumatismos, sobrecarga y otros factores5. Esas moléculas con actividad biológica alcanzarían, mediante esta vía, el cartílago articular superpuesto y alterarían los procesos de reparación del cartílago y del hueso afectados, conduciendo finalmente a la progresión de la enfermedad6.
El origen del dolor en la artrosis no es totalmente conocido. La inflamación puede estar presente y puede causar dolor debido a la estimulación directa de las fibras nociceptivas aferentes primarias o por sensibilizar a estas fibras nerviosas a estímulos mecánicos o químicos. Además, el dolor tiene un componente central, y situaciones como la ansiedad, la depresión y el aislamiento social pueden influir en la percepción del dolo
Hoy sabemos que la etiopatogenia y las manifestaciones clínicas de la artrosis no son iguales en todas las articulaciones. La artrosis de la columna es diferente a la artrosis que afecta a las articulaciones de las extremidades. Los recientes avances en la etiopatogenia de la artrosis han conseguido que el tratamiento evolucione y sufra importantes cambios.
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Es una enfermedad crónica no autoinmune en la que se produce un desgaste progresivo e irreversible de las articulaciones.
Las alteraciones estructurales se concentran en la disminución del grosor del cartílago hialino articular, hasta que ocurre la destrucción y la esclerosis del hueso subcondral, con formación de osteofitos marginales.
Clínica
Dolor
- El dolor es el síntoma más frecuente y se localiza en la articulación afectada.
- Inicialmente el dolor se desencadena con el uso de la articulación, mejorando con el reposo.
- A medida que progresa la enfermedad, el dolor es más continuo, apareciendo en reposo e incluso por la noche interfiriendo con el sueño.
- No existe siempre una correlación entre la intensidad del dolor y el grado de daño estructural articular; la correlación más estrecha es en la artrosis de cadera seguida de la rodilla, siendo peor en la mano y en las apófisis espinosas de la columna.
- El origen del dolor en los pacientes con artrosis es multifactorial, dependiendo tanto de estructuras articulares como periarticulares.
- Entre las causas del dolor están: ? Incremento en la presión intraósea secundario a una obstrucción intravenosa. ? Estiramiento periostal secundario a la formación de osteofitos. ? Microfracturas subcondrales. ? Hipertrofia sinovial que origina inflamación. ? Distensión capsular, distensiones ligamentosas y contracturas musculares
Rigidez articular
- La rigidez es otro de los síntomas característicos de la artrosis; aparece después de un período de inactividad y puede existir también rigidez matutina.
- La duración de la rigidez es siempre corta en el tiempo, esto la diferencia de la rigidez de las enfermedades inflamatorias. En la artrosis de rodilla, por ejemplo, es menor de 30 minutos.
Incapacidad funcional
- La incapacidad funcional es una consecuencia importante de la artrosis, hasta el punto de que es la principal causa de incapacidad en ancianos.
- Puede ocurrir en cualquier articulación pero, generalmente, suele afectar las manos, las rodillas, las caderas o la columna.
- Además de dolor intermitente en la articulación, no se presentan otros síntomas en el resto del cuerpo.
Complicaciones
Las complicaciones que puede sufrir una articulación artrósica pueden ser de distinto origen
1.- Inflamatorio: la más frecuente es la artritis por microcristales que, en ocasiones, se origina por la asociación con la condrocalcinosis crónica o la pseudogota.
2.-Infeccioso por bacterias grampositivas, principalmente por Staphylococcus aureus.
El diagnóstico de estas dos complicaciones se debe sospechar cuando aparece importante y continuo dolor articular que se acompaña de datos inflamatorios articulares, como derrame sinovial y calor local.
3.- Traumatológico: la presencia de meniscopatía degenerativa y la osteocondritis
Diagnóstico
- Ver el apartado de clínica
- La crepitación ósea al movimiento activo y pasivo de la articulación es un signo característico; se aprecia en todo el rango de movimiento de la articulación.
- Puede existir dolor con la presión a lo largo de toda la línea articular y periarticular.
- Es frecuente encontrarse una disminución del rango de movimiento articular.
- Puede encontrarse, en ocasiones, un incremento de temperatura en la articulación afectada con diversos grados de derrame articular.
- En los casos en los que la OA está muy avanzada, existe deformidad, aunque es infrecuente encontrar inestabilidad articular. En estadios avanzados puede existir atrofia muscular periarticular debido al desuso o a una inhibición refleja de la contracción muscular
Laboratorio
- Las pruebas de laboratorio clásicas para el estudio de las enfermedades reumáticas son normales en los pacientes con artrosis. En ocasiones, puede existir una velocidad de sedimentación globular moderadamente elevada y el factor reumatoide puede ser positivo a título bajo; sin embargo, ambos supuestos no excluyen el diagnóstico de una artrosis en los ancianos. El 20% de personas sanas ancianas pueden tener el factor reumatoide positivo a título bajo y la velocidad de sedimentación globular levemente incrementada por la edad. Aunque no existe en la actualidad ningún marcador serológico o en el líquido sinovial de los pacientes con artrosis que permita hacer un diagnóstico o un seguimiento de la misma, se están realizando importantes avances en el estudio de los denominados marcadores biológicos de la artrosis que registran la actividad de un proceso biológico fisiológico o patológico. En el caso de la artrosis, es importante que los marcadores biológicos sean específicos del cartílago, o al menos tan específicos como sea posible (colágeno tipo II y proteoglicanos como el agrecano). Estos marcadores se pueden determinar en suero, en orina o en líquido sinovial
Radiología
- Los criterios radiológicos para la clasificación de la artrosis de rodilla se basan en la presencia de osteofitos radiológicos. En el estudio radiológico se debe realizar una radiografía anteroposterior y lateral de ambas rodillas en carga. Los signos clásicos radiológicos son: disminución del espacio articular, osteofitos, esclerosis subcondral, quistes, anormalidades del contorno óseo y luxaciones articulares.
- El sistema de graduación de los cambios radiológicos más utilizado es el desarrollado por Kelle gren y Lawrence en 1957
Ecografía y RMN
- Permiten valorar la presencia de derrame articular, el grosor del cartílago y la presencia de patología periarticular. Desde el punto de vista clínico no está justificado realizar una ecografía o resonancia magnética para el diagnóstico de artrosis, pero estas dos técnicas pueden ser de ayuda para descartar otras patologías asociadas
Análisis del líquido sinovial
- El líquido sinovial presenta características no «inflamatorias»; es viscoso, no turbio y el número de células es inferior a 2.000/mm. Siempre se debe observar con el microscopio de luz polarizada para descartar la presencia de cristales, fundamentalmente de pirofosfato cálcico dihidratado.
Diagnóstico Diferencial
En el diagnóstico diferencial de la artrosis existen, básicamente, dos objetivos a perseguir: descartar la presencia de una enfermedad inflamatoria e identificar aquellos pacientes que presentan una artrosis secundaria
Tabla 2 . Clasificación de la artrosis
Pronóstico
La artrosis es una enfermedad crónica, con una evolución y curso variables, que depende de diversas circunstancias. Una de las más importantes es si se ha realizado un diagnóstico o un tratamiento precoz de la enfermedad, asI como de su localización
En la actualidad hay biomarcadores que predicen una peor evolución de la artrosis. Precisamente, una de las áreas en la que más se está investigando es predecir el pronóstico de esta patología
Prevención
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Tratamiento
Debe ser individualizado y ajustarse a la articulación afectada. Los objetivos del tratamiento de la artrosis son: 1) Controlar la sintomatología. 2) Mantener la función articular. 3) Reducir al máximo la progresión de la artrosis
De acuerdo a estos objetivos, el tratamiento de la artrosis se puede clasificar en dos grandes grupos terapéuticos:
1) Tratamientos modificadores del síntoma, que son aquellas opciones terapéuticas (farmacológicas o no) que reducen la sintomatología (el dolor) del paciente.
2) Tratamientos modificadores de estructura, que son aquellas opciones terapéuticas capaces de reducir, frenar o revertir la destrucción del cartílago articular
Desafortunadamente, en la actualidad no existe un tratamiento para la artrosis avanzada y, en muchas ocasiones, necesitan remplazamiento con prótesis articulares, las cuales no están exentas de riesgos para los pacientes y, además, no todos los pacientes son candidatos para cirugía, como los pacientes con alto riesgo para la anestesia o tolerar procedimientos quirúrgicos prolongados.
El tratamiento farmacológico de la OA se divide en dos grupos: a) fármacos modificadores de síntomas, dirigidos a controlar el dolor, y b) fármacos modificadores de estructura, dirigidos a preservar el cartílago articular y frenar la evolución de la enfermedad
Fármacos modificadores de los síntomas
- En este grupo se incluyen los fármacos modificadores de síntomas de acción rápida, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), y fármacos modificadores de síntomas de acción lenta, los llamados SYSADOA (Symtomatic Slow Action Drugs for Osteoarthritis).
Analgésicos
- Para controlar el dolor es necesario emplear fármacos, el primero recomendado es el paracetamol .Asimismo, se pueden emplear antiinflamatorios no esteroideos (AINE) 7 Los opioides débiles (tramadol y codeína) son fármacos eficaces y seguros en el paciente artrósico, siempre y cuando se vigilen estrechamente los efectos secundarios en los ancianos. Se pueden utilizar solos o asociados a paracetamol l. Cuando con lo anterior no es suficiente para evitar que el paciente anciano se inmovilice por el dolor, se puede recomendar la utilización de analgésicos opioides mayores
- Recordar :
1)En un metanálisis publicado de diferentes dosis de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o paracetamol para la artrosis de cadera o rodilla, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son superiores al paracetamol para el dolor osteoartrítico8. Este metanálisis sugiere que el diclofenaco es la terapia más eficaz
2) En cuanto a la seguridad y eficacia comparativa de distintos antiinflamatorios no esteroideos (AINE),un metanálisis publicado en Lancet el año 2017 9 concluye que el diclofenaco 150 mg/día es el AINE más eficaz disponible en la actualidad, en términos de mejorar tanto el dolor como la función. El diclofenaco en la dosis máxima diaria de 150 mg/día es más eficaz para el tratamiento del dolor y la discapacidad física en la artrosis, y es superior a las dosis máximas de losantiinflamatorios no esteroideos (AINE) de uso frecuente, incluidos ibuprofeno, naproxeno y celecoxib. El etoricoxib a la dosis máxima de 60 mg/día es tan eficaz como el diclofenaco 150 mg/día para el tratamiento del dolor, pero sus estimaciones del efecto sobre la discapacidad física son imprecisas. Además, etoricoxib no es tan accesible como el diclofenaco porque tiene autorización de comercialización en menos países. Etoricoxib 90 mg/día está por encima de las dosis diarias máximas aprobadas; podría ser más eficaz para el tratamiento del dolor, pero las estimaciones son imprecisas. No obstante, en vista del perfil de seguridad se debe individualizar la decisión.
3) Los AINEs tópicos a través de la piel pueden ser beneficiosos en el control del dolor en la artrosis con afectación de articulaciones accesibles como son las pequeñas articulaciones de la mano y la artrosis de rodilla10, pero sólo está demostrado este beneficio con un máximo de cuatro semanas de tratamiento . Asimismo , cuando se valora la eficacia analgésica de los AINEs tópicos vs los AINEs por vía oral se aprecia eficacia similar en el tratamiento de la artrosis localizada 11
Fármacos modificadores de síntomas de acción lenta, los llamados SYSADOA (Symtomatic Slow Action Drugs for Osteoarthritis).
- Este grupo se caracteriza porque su efecto se inicia después de 2 a 3 semanas de tratamiento y persiste de 2 a 6 meses después de cesar su administración (efecto remanente). Forman parte de este grupo terapéutico:
- el ácido hialurónico
- el condroitín sulfato : Es un proteoglicano con diferentes efectos biológicos demostrados en estudios in vitro e in vivo. Se administra por vía oral a dosis de 800 mg/día. Ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la artrosis de rodilla, cadera y manos. Su tolerancia es buena
- La diacereína : Es un derivado de la antraquinona. Se administra por vía oral a dosis de 100 mg/día. Hay estudios de eficacia en la artrosis de rodilla y cadera. Está descrita la presencia de diarrea hasta en el 30% de los pacientes. Si se inicia el tratamiento con dosis bajas (50 mg/día), el porcentaje de diarrea se reduce de forma significativa
- El sulfato de glucosamina : . La glucosamina es un amino monosacárido necesario para la formación de la matriz extracelular del cartílago articular. Se administra por vía oral a dosis de 1.500 mg/día. Ha demostrado ser eficaz principalmente en la artrosis de rodilla con una buena tolerancia
- Corticoides : La administración de esteroides por vía sistémica no está indicada; sin embargo, la infiltración de corticoides intraarticulares es una opción terapéutica que ha demostrado ser eficaz en la artrosis de rodilla . En este último caso se produce un alivio temporal del dolor sin frenar el desarrollo de la enfermedad. Su uso repetido puede generar múltiples efectos secundarios como la atrofia muscular, el daño en el cartílago y toxicidad 12
Todos ellos cuentan con estudios que demuestran su eficacia para controlar el dolor de la artrosis, principalmente en la artrosis de rodilla
Fármacos modificadores de estructura
- También llamados DMOAD (Disease Modifing Osteoarthritis Drugs). Son fármacos biológicos capaces de reducir, frenar o revertir la destrucción del cartílago articular. Son una alternativa muy prometodora a la hora de realizar infiltraciones articulares ( ver MEDICAMENTOS BIOLÓGICOS ADMINISTRADOS INTRAARTICULARMENTE )
- No se puede decir con el respaldo de la evidencia que el cartílago gravemente dañado, a día de hoy, se pueda regenerar.
Existen una serie de normas que el paciente con artrosis debe conocer. En primer lugar, se le debe explicar la naturaleza de la enfermedad para provocar actitudes positivas. La terapia ocupacional puede desempeñar un papel importante en la educación del paciente. Conviene dar consejos sencillos sobre economía articular, enseñarle medidas encaminadas a reducir la carga que soportan las articulaciones. Se ha demostrado que la disminución del peso en pacientes obesos reduce la sintomatología y retarda la destrucción progresiva del cartílago articular. El uso del bastón ayuda a mitigar el dolor, reduciendo también el riesgo de caídas. El ejercicio aeróbico desempeña un importante papel en la protección de la articulación porque incrementa la fuerza muscular y mejora el flujo sanguíneo en la articulación, la nutrición del cartílago y el rango de movilidad articular. Por este motivo, fortalecer la musculatura próxima a la articulación (el cuádriceps en la rodilla o abductores o extensores en la cadera) con ejercicios isométricos es también beneficioso. El empleo de calzado adecuado puede ayudar a mitigar el dolor de las articulaciones de las extremidades inferiores. En ocasiones, se pueden corregir alteraciones de la alineación (genu varum o valgum) incorporando al calzado unas sencillas cuñas laterales. El calor y el frío (diatermia, ultrasonidos, infrarrojos, baños de parafina, almohadillas eléctricas, etc.) pueden ser útiles para aliviar el dolor ocasionado por la artrosis
Ejm : en el tratamiento dle dolor de la artrosis de rodilla
- Actuación sobre los nervios geniculados : 1) Bloqueo de los nervios geniculados, 2) Radiofrecuencia de los nervios geniculados
- Actuación sobre la articulación de la rodilla : 1) INFILTRACIÓN INTRAARTICULAR DE LA RODILLA 2) Radiofrecuencia intraarticular de la rodilla
Está indicado cuando existen signos radiológicos evidentes de osteoartrosis, que tienen un dolor refractario al tratamiento e importante discapacidad. En este apartado se incluyen las diferentes técnicas quirúrgicas a valora
Lavado articular
- El lavado intraarticular se puede realizar con artroscopia o con aguja. El objetivo es el de hacer desaparecer adhesiones intraarticulares, movilizar fragmentos de tejido cartilaginoso y citocinas con capacidad para inducir y cronificar la inflamación sinovial. Aunque existe controversia en cuanto a su eficacia, generalmente se indica como paso previo a la cirugía protésica.
Osteotomías
- Las osteotomías correctoras se realizan generalmente en pacientes menores de 65 años, en las fases sintomáticas iniciales de la artrosis de rodilla y cuando existen alteraciones de la alineación (genu varum o valgum). El objetivo es corregir el genu varum/valgum de forma que se equilibran las fuerzas de carga y se consigue con éxito reducir el dolor y probablemente la progresión de la artrosis.
Prótesis
- La sustitución articular con una prótesis total ofrece resultados satisfactorios para suprimir el dolor y permitir la movilidad articular. Las principales indicaciones para el recambio protésico son el dolor refractario y el trastorno funcional grave de la articulación. Es aconsejable que el paciente sea mayor de 65 años
Existen varios documentos o guías donde se intenta plasmar, de una forma práctica, el tratamiento integral de la artrosis. Una de ellas es propuesta por la EULAR (European League Against Rheumatism) . La SER (Sociedad Española de Reumatología) ha editado una guía de tratamiento sintomático de la artrosis de rodilla, donde se expone una propuesta del tratamiento de la artrosis
Anexo
-
Referencias bibliográficas del artículo
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Última actualización el 04/12/2021