En la actualidad se considera al dolor agudo como la fase inicial de un proceso nociceptivo persistente y progresivo, desencadenado por una lesión. Las consecuencias de la lesión tisular aguda a corto, medio y largo plazo, se exponen en la figura 1.

Figura 1. Consecuencias a corto, medio y largo plazo, de la lesión tisular aguda.   La lesión tisular aguda desencadena una cascada de respuestas de distinto orden y magnitud. Así, se produce de forma inmediata (segundos, minutos) la liberación de neurotransmisores y la activación de canales iónicos y de enzimas intracelulares ; en una fase posterior (minutos-horas) se induce la expresión de ciertos genes (c- fos , c- jun) implicados en la transmisión nociceptiva  y los fenómenos de sensibilización .Finalmente, si no se suprimen de forma adecuada las respuestas desencadenadas por el estímulo inicial, se ha postulado que lesiones tisulares limitadas podrían abocar a cuadros de dolor crónico  .

En este contexto, desde el punto de vista orgánico, el dolor se asocia a la aparición en el organismo de múltiples alteraciones que aumentan la morbilidad, como son las complicaciones cardiovasculares , las respiratorias , la vasoconstricción renal ,el espasmo  de la musculatura lisa ,las alteraciones endocrino-metabólicas,las gastrointestinales ,las inmunitarias y los trastornos de la hemostasia. Estas alteraciones pueden repercutir en mayor o menor grado sobre el paciente, en correspondencia con algunos factores que pueden incidir sobre la intensidad de las respuestas fisiopatológicas que se generan. Estos factores son la magnitud de la lesión, la localización de la misma, el umbral de tolerancia del paciente frente al dolor y la presencia de otras enfermedades asociadas

Figura  2. Consecuencias de la lesión tisular en pacientes con dolor agudo. Las manifestaciones fisiológicas inmediatas del dolor agudo son las mismas de la reacción de alarma o del «reflejo de lucha o huida» debidas a la respuesta simpático-adrenérgica del organismo. Las más reconocidas son la dilatación pupilar, la sudoración palmar, conducta de escape y las vocalizaciones variadas (grito, gimoteo, sollozos). Por otro lado, el dolor agudo provoca alteraciones fisiopatológicas en diferentes órganos y sistemas que son capaces de alterar el curso de cualquier padecimiento, incluso se puede convertir en una enfermedad en sí misma si no recibe un adecuado tratamiento. Estas alteraciones se relacionan esencialmente con el incremento de la actividad simpática 

 

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