En la actualidad la  toxina botulínica  ocupa un importante papel en el tratamiento del dolor  de diversos procesos 

Este apartado  proporciona información  sobre   las  lNDICACIONES TERAPÉUTICAS DE LA TOXINA BOTULÍNICA  FRENTE AL DOLOR

Cabe  reseñar : 

  • Se utiliza desde hace más de 15 años para el tratamiento de diversas enfermedades neuromusculares.La primera indicación fue en oftalmología para el tratamiento del blefarospasmo.  Posteriormente, este fármaco se ha utilizado con eficacia en el tratamiento de la espasticidad secundaria de la neurona motora superior tanto en adultos como en niños
  • Indicaciones en dolor: La clara mejoría del dolor en el tratamiento de patologías neuromusculares ha provocado que se haya extendido su utilización para el tratamiento de otras patologías   de origen musculoesquelético como : 

1) Síndrome miofascial: ver toxina botulínica en el síndrome miofascial (ejm: para el síndrome piramidal   realizando una  infiltración del músculo piramidal

2) Osteoartrosis : ver toxina botulínica intraarticular

3) Cicatriz dolorosa.

4) Neuralgia del trigémino

5) Otras : Tratamiento del espasmo hemifacial y distonías focales asociadas, en la distonía cervical rotacional idiopática (tortícolis espasmódica), en la deformidad dinámica del pie equino y en la espasticidad focal de la muñeca y de la mano secundaria a un ictus en el adulto, en la migraña crónica 

 

  • Los criterios de utilización de la Toxina Botulinica tipo A  en estas indicaciones son:
  1. La nula o escasa efectividad al tratamiento farmacológico del dolor   por vías  sistémicas: analgésicos opioides y no opioides, antinflamatorios, relajantes musculares y neuromoduladores.
  2. La mala tolerancia y/o contraindicación al  tratamiento farmacológico del dolor   por vías  sistémicas: analgésicos opioides y no opioides, antinflamatorios, relajantes musculares y neuromoduladores.
  3. Contraindicación, intolerancia y/o escasa respuesta al tratamiento tópico con AINES, corticoides, anestésicos locales, capsaicina u otros.
  4. Nula o escasa respuesta al tratamiento rehabilitador.
  5. Contraindicación momentánea o definitiva  del tratamiento quirúrgico.
  6. Poca o escasa respuesta al tratamiento intervencionista estándar: infiltraciones con anestésico local + corticoides y radiofrecuencia pulsada

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