Se llama imagen médica al conjunto de técnicas y procesos usados para crear imágenes del cuerpo humano, o partes de él, con propósitos clínicos (procedimientos médicos que buscan revelar, diagnosticar o examinar enfermedades) o para la ciencia médica (incluyendo el estudio de la anatomía normal y función).

En el contexto clínico, la imagen médica se equipara generalmente a la radiología o a la "imagen clínica" y al profesional de la medicina responsable de interpretar (y a veces de adquirir) las imágenes, que es el radiólogo. No obstante , existen una variedad de aparatos y técnicas pueden crear imágenes de las estructuras y actividades dentro de su cuerpo. El tipo de imagen que use el médico dependerá de sus síntomas y de la parte del cuerpo que debe examinarse. Estas incluyen: Rayos X, Tomografías computarizadas, Estudios de medicina nuclear, Imágenes por resonancia magnética, Ecografías

Este apartado proporciona información  sobre el uso  de las técnicas de imagen  para el estudio  de los SÍNDROMES DOLOROSOS EN LA ZONA LUMBAR, COLUMNA LUMBAR, SACRO Y CÓCCIX   .En  este sentido , es interesante  reseñar  que  La fluoroscopia ,  la  TOMOGRAFÍA COMPUTERIZADA -TC O TAC - PARA EL ESTUDIO DEL DOLOR EN LA ZONA LUMBAR, COLUMNA LUMBAR, SACRO Y CÓCCIX   y  la  RESONANCIA MAGNÉTICA-RM O RMN- PARA EL ESTUDIO DEL DOLOR EN LA ZONA LUMBAR, COLUMNA LUMBAR, SACRO Y CÓCCIX son las técnicas de imagen mayoritariamente empleadas  dentro  de las  TÉCNICAS DE IMAGEN PARA EL ESTUDIO DEL DOLOR EN LA ZONA LUMBAR, COLUMNA LUMBAR, SACRO Y CÓCCIX  No obstante , debido a su alta resolución espacial y a la ausencia de utilización de  radiaciones ionizantes la ECOGRAFÍA PARA EL ESTUDIO DEL DOLOR EN LA ZONA LUMBAR, COLUMNA LUMBAR, SACRO Y CÓCCIX está ganando mucho interés en los procedimientos intervencionistas

 

Cabe reseñar  que ,puesto que en la  lumbalgia común no existe una concordancia perfecta entre lesiones e imágenes, es necesario interpretar los estudios con cautela. También se ha de estar alerta para no relacionar sistemáticamente unas anomalías radiológicas triviales o frecuentes (lumboartrosis, secuelas de la enfermedad de Scheuermann, enfermedad de Forestier) con los síntomas que describe el paciente. Éste debe poseer suficiente información sobre la escasa correlación anatomoclínica, de manera que las imágenes radiológicas no ejerzan un efecto ansiógeno. Por otra parte, se recomienda no realizar nuevas exploraciones durante el año siguiente a las primeras, salvo cuando los síntomas evolucionan o si es necesario comprobar que no existen contraindicaciones para nuevas  técnicas intervencionistas en la zona lumbar 

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